Madre,
en mis noches de insomnio me quedaba dormido con tu recuerdo. Una noche después de tantas
en mis noches de insomnio me quedaba dormido con tu recuerdo. Una noche después de tantas
noches, dormía suavemente y escuché tu voz, tu linda voz que me llamaba…
Y te vi en mi sueño, pero no era un sueño por que ahí tú estabas. Y te abracé desesperada mente, ahogando en mis lágrimas el deseo inmenso de que no partieras nuevamente.
Pero fueron vanas esas lágrimas, porque cruzando el mar tú tenías que partir obligatoriamente.
0 comentarios:
Publicar un comentario