Ni arrastrada
un pastor llevar podía
un pastor llevar podía
a una cabra infeliz que oía amante
balar detrás al hijo,
que,
inconstante,
que,
inconstante,
marchar junto a la madre no quería.
-¡Necio! -al pastor un sabio le decía-,
al que llevas detrás,
ponle delante;
ponle delante;
échate el hijo al hombro,
y al instante
y al instante
la madre verás ir tras de la cría-.
Tal consejo el pastor creyó sencillo,
cogió la cría
y se marchó corriendo
y se marchó corriendo
llevando el animal
sobre el hatillo.
sobre el hatillo.
La cabra sin ramal
los fue siguiendo,
los fue siguiendo,
mas siguiendo
tan cerca al cabritillo,
tan cerca al cabritillo,
que los pies por detrás le iba lamiendo.
0 comentarios:
Publicar un comentario