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miércoles, 21 de abril de 2010

Carta de amistad, cartas de amistad

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La amistad es uno de los tesoros más preciados que la vida nos ha podido conceder. Porque con los verdaderos amigos puedes compartir momentos llenos de sentimientos, compartir sueños, secretos, sonrisas y lágrimas,…

Querido amigo, Cartas de amistad

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En honor a los años que nos conocemos, te escribo esta carta de amistad para hacerte saber los buenos sentimientos que te prodigo dentro de mi corazón.

sábado, 17 de abril de 2010

A mi linda Mamá, poemas para mama

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Estaba oscuro...

Solo el rayo de la luz de tus ojos.

Me enseñaste a respirar

y tus entrañas acariciaban mi frágil cuerpo.



Soñaba con colores

y te imaginaba hermosa,

fueron nueve meses en un mundo rosa.

Crecí de a poco con tu calor

me alimentaba con tus caricias

y frases de amor.



El momento llegaba

iba a conocerte,

estaba muy protegida

con miedo de perderte...



Se hizo la luz

una mañana de febrero,

mamá ahí estabas tú

tan maravillosa y tan dulce

como te había imaginado.



Aprendí con el correr del tiempo

y en mis andanzas peligrosas

de cada uno de tus consejos

valorados en cada acto

de mis diecinueve años,

y soñando cada vez

que me encuentro lejos,

con tus palabras

que envuelven mis vivencias

y acobardan los miedos

de mi juventud.

La bendición de ser madre, poemas para mama, poemas para mi madre

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Dios bendice las madres,

las mas hermosas mujeres

porque en sus vidas nos alientan

los mas puros quereres.



Las que sienten el peso

de los deberes del día

y se entregan en martirios,

con su amor y simpatía.



Las que cantaron al oído

tantas canciones de cuna

y como hijo enseñaron

su viviente gran fortuna…



Dios bendice las madres

que se entregan a diario

por el dolor de los hijos

en el cotidiano Calvario…



Las que hicieron otras vidas,

en sus benditas entrañas

y nos entregaron sus almas

con un amor que no engaña...



Las que dieron al hijo,

como flor, sus consejos

y a sus hijos aun miman

hasta cuando llegan a viejos…



Dios bendice las madres,

en su santo derroche

de cariño sin tacha,

de pasión sin reproche…



Las que tienden la mano

de bondad para el acto

y renueva esperanzas con

su amor el contacto…



Las que impregnan el alma

de una fe tan intensa

que se hicieron muy dignas

con su eterna recompensa…



Dios bendice las madres,

las que santas y tiernas,

por su amor se merecen

ser queridas... madres eternas...

Poema a mi Madre querida en el dia de la Madre, poemas para mama

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Madre mía

quisiera en este día

darte una sorpresa

pero sólo tengo esta letras

que las escribí una noche

en que estabas en mi cabeza.



Madre mía

madre de mi cielo,

podría darte una flor

pero es muy poco

para todo tu corazón

tendría que envolver el mundo

en papel de amor

para darle razón a la razón.



Y aunque no tenga nada

en mis manos para darte

jamás podré olvidarte

porque gracias a ti soy vida

y las estrías de tu cuerpo son culpa mía

por tanta ternura entregada

por tantos afanes sin moderación

y porque sobre todas las cosas

estuviste a mi lado cuando grité tu nombre

sofocado por alguna pena mientras crecía.

Madrecita querida, poemas para mi mama, poemas para las madres

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Oh! Madrecita querida gracias por tu amor,

pero sobre todo te doy mi devoción

por darme la oportunidad y el privilegio

de ver tus ojos y tu lindo cabello.



Madrecita querida al mirar tus ojos,

me dan ganas de llorar,

gritar o reír, pero no de tristeza,

sino de alegría, porque tu eres mi madre,

mi madrecita querida.



En las mañanas al ver el sol salir,

le doy gracias a Dios por dejarte vivir,

pero también te miro y pierdo el aliento

por ver en tu cara el lindo reflejo

de la aurora que brilla en el alba

sobre un riachuelo pintoresco.



Madrecita querida, joyero de virtud,

solo por ti daré mi promesa,

de hacer mis tareas y ser lo mejor,

para que tu corazón nunca reciba un dolor

Un poema dedicado a mi Madre, poemas para mama, poemas a mi madre

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Madre mía, supiste cobijarme en tu pecho,

Fiel reflejo del amor y de la ternura,

Con paciencia me diste tus caricias,

Forjando en mé el hombre de mañana.



Años y años pasamos juntos,

Tardes y meriendas llenas de juegos y acertijos,

Éramos compañeros de batallas y gladiadores de ensueño,

En esta aventura del crecimiento.



Por eso escribo este poema dedicado a mi madre,

Constante manantial de amor y dulzura,

Te extraño y te amo, madre querida,

Más que a nada que haya conocido en la vida.

Poema a la Madre en su dia, poemas para mama, poemas para mi mama

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Te doy mis palabras más sinceras en este poema simple,

Son palabras del corazón puras y tiernas como el amor que te profeso,

Amor, cariño y admiración, esas tres cosas eres para mi fundamentalmente,

Y otras miles de cosas mas como estrellas en el cielo.


Mi dedicatoria a tu vida es hoy este poema,

En el garabateo mi dulce deuda contigo,

Somos las misma sangre y la misma raza,

Somos el uno en el otro por siempre.


Que siempre tengas esa fuerza para encarar la vida es mi deseo,

Estaré siempre a tu lado como tu lo estuviste conmigo,

Madre querida por ti espero,

Que disfrutes de mi poema y de tu día bien merecido.

Feliz día de la madre.

La madre, poemas para mama, poemas a mi mama

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La madre

te da un amor especial,

es necesaria para la vida

la mas canfiable amiga.

La madre

es una joya, un diamante

para nosotros es un ángel,

un rubí, un safiro,

ella es mi mejor suspiro.

Al recuerdo de mi madre, poemas para mama, poemas para mi mama

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Rodeado de dolor,

un golpe sin final,

eso es la partida

de mi mamá.



Obsrvo los días pasar

pero el dolor no se me puede curar,

mi mamá se me alejo

pero se que hoy esta con Dios.



Sabotio mi vida

su partida,

fue como un sable que me atraveso el corazón

cuando mi mamá partió.

Avanza el tiempo

pero tú recuerdo sique en mi pecho,

mi madre querida

por que no me dijiste que partias.



Horizontes habrán,

la historia se escribira,

libre me sentiré

cuando llegue ha estar con mi madre.

Aporte de: Carlos Jhonatan Salvador Huambos.

Para ti Mama ", poemas para mama

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Tu me miras,ya lo sabes, tu me miras yo lo se , me miras la coneccion esta hecha , me miras y me siento bien.

Tu me anclas a la seguridad con tu mirada,solo siento el vacio de tu marcha forzada .

La paz de tu mirada escaneando mi estado de ausencia ,pienso y me entristece no quiero dejarte de recordarte ,no quiero olvidarte , me gustaria en mis pensamientos tenerte presente ,y que mis ojos se estumeciesen.

Todo una vida dedicada a un esfuerzo, tus hijos son tu vida , y tus nietos tu alegria .

Gracias por tu esfuerzo ,gracias por convertirnos en lo que somos ,nunca podre devolverte el esfuerzo ,,esfuerzo sin medida ,sin interes ,TE QUIERO SIEMPRE ,alla donde estes .

No solo eres la madre de la persona que mas amo en la vida, si no que eres la luz de vida que quedastes en tus hijos,y en cada uno de ellos estas reflejada.Bendice a tus hijos y tus nietos , tus nueras , todos son una gran familia ,, te recordamos mama carmen





a ti mama, poemas para mi madre, poemas para mama

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Murmullos a lo lejos,

expectación a mi alrededor.

Feliz me sentía en tu vientre

en un gran palacio tibio y acogedor.



Con el tiempo nací,

conociendo un mundo tenebroso y desconocido,

pero nunca me faltaste,

siempre estuve alegre y protegido.



Ahora que estoy grande,

miramos a aquellos momentos

diferentes e inolvidables.



Madre, sino hubiera sido a tu lado,

la vida sería amarga y sin sentido,

por eso te agradezco mi vida entera

con mucha admiración y cariño.

MI MADRE…..PASTORA DE DIOS, poemas para mama

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Mi madre es guía de un gran rebaño

Que puso en sus manos…...El Señor



Ella….Es el brazo derecho…De mi padre

Es la ley…..Apoyada en la palabra de Dios



En el rebaño

Hay ovejas rebeldes, dóciles y otras no tanto

Pero a todas…….Con el corazón nos guió



Cuando una de sus ovejas…..Se extraviaba

Cruzar abismos y collados..…No importaba

Encaraba los peligros…..Hasta rescatarla



Y una vez….Retornada en su aprisco

Sus heridas sanaba

Con una mezcla divina

De ternura, dulzura, autoridad, coraje…..Y amor



El rebaño crecio……Con el tiempo se multiplico

De nietos y bisnietos….El aprisco se pobló



En ocasiones

Machos, hembras y sus críos

Nos reunimos en su alrededor

Le contamos nuestros problemas

Nuestras andancias y vivencias



Sabias son sus respuestas

Inspiradas por el susurro

Del espíritu de Dios



Mi madre…..Cuida bien de su rebaño

Le protege y le guía

Ninguna oveja se le ha perdido

Ninguna…...Se descarrió



Mi madre…..Es una excelente pastora

Que cumple muy bien su labor

Me lo ha dicho al corazón….El Padre

Tu madre….Mi amada sierva…. Margarita



ES UNA PASTORA DE DIOS





Juan Manuel Zepeda

A ti madre, poemas para mi mama

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Te fuiste de mi lado.

En silencio fue tu partida.

Mi corazón se ha desangrado

por tan súbita despedida.



Tu espíritu luchador



a la vida se aferraba.

Más Dios, desesperado,

a su lado te llamaba.



En ángel te has convertido.

Velando por nosotros estás.

Aguardando que se cumpla la cita

de reunirnos en la eternidad.



Sin embargo, me parece tan lejos…

Quisiera ahora poderte abrazar.



Te busco, te llamo. No te encuentro.

Dime… ¿Cómo me he de consolar?



Tu amor incalculable

mis faltas por alto pasó.

Porque el querer de una madre,

ese, no tiene comparación.



Sé que en el cielo habitas.

Al lado de Dios has de estar.

Aguardaré paciente el día



en que nos volvamos a encontrar.



Entonces será para siempre.

Nada ni nadie nos podrá separar.

No temeré cuando llegue mi momento

pues tu presencia me confortará.



Me esforzaré por ganar el cielo

para no perderte nunca más.

Mientras tanto, guía mis pasos.

Ilumina mi senda, enséñame el camino.



Que tu presencia me rodee siempre

hasta que se cumpla mi destino.

MADRECITA, poemas para mama, poemas de madre

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Quiero agradecerte

que estés en mi vida.

Sé que puedo contar contigo

en momentos difíciles,

sé que contigo puedo

compartir mis alegrías,

y sé que nuestra amistad

se sustenta en mutuo amor.


Que seas mi MAMA y mi AMIGA

es el más preciado tesoro,

que agradeceré a DIOS eternamente.

Gracias por llenar mi vida

con tanta felicidad.


Te Amo Mamá!

Sólo el amor de una madre, poemas para mama, poemas a mi madre

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Sólo el amor de una Madre apoyará,

cuando todo el mundo deja de hacerlo.

Sólo el amor de una Madre confiará,

cuando nadie otro cree.

Sólo el amor de una Madre perdonará,

cuando ninguno otro entenderá.

Sólo el amor de una Madre honrará,

no importa en qué pruebas haz estado.

Sólo el amor de una Madre resistirá,

por cualquier tiempo de prueba.

No hay ningún otro amor terrenal,

más grande que el de una Madre

Poema del Hijo, poemas para mama, poemas a mi madre

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I



¡Un hijo, un hijo, un hijo! Yo quise un hijo tuyo

y mío, allá en los días del éxtasis ardiente,

en los que hasta mis huesos temblaron de tu arrullo

y un ancho resplandor creció sobre mi frente.



Decía: ¡un hijo!, como el árbol conmovido

de primavera alarga sus yemas hacia el cielo.

¡Un hijo con los ojos de Cristo engrandecidos,

la frente de estupor y los labios de anhelo!



Sus brazos en guirnalda a mi cuello trenzados;

el río de mi vida bajando a él, fecundo,

y mis entrañas como perfume derramado

ungiendo con su marcha las colinas del mundo.



Al cruzar una madre grávida, la miramos

con los labios convulsos y los ojos de ruego,

cuando en las multitudes con nuestro amor pasamos.

¡Y un niño de ojos dulces nos dejó como ciegos!



En las noches, insomne de dicha y de visiones,

la lujuria de fuego no descendió a mi lecho.

Para el que nacería vestido de canciones

yo extendía mi brazo, yo ahuecaba mi pecho...



El sol no parecíame, para bañarlo, intenso;

mirándome, yo odiaba, por toscas, mis rodillas;

mi corazón, confuso, temblaba al don inmenso;

¡y un llanto de humildad regaba mis mejillas!



Y no temí a la muerte, disgregadora impura;

los ojos de él libraron los tuyos de la nada,

y a la mañana espléndida o a la luz insegura

yo hubiera caminado bajo de esa mirada...



II



Ahora tengo treinta años, y mis sienes jaspea

la ceniza precoz de la muerte. En mis días,

como la lluvia eterna de los polos, gotea

la amargura con lágrimas lentas, salobre y fría.



Mientras arde la llama del pino, sosegada,

mirando a mis entrañas pienso qué hubiera sido

un hijo mío, infante con mi boca cansada,

mi amargo corazón y mi voz de vencido.



Y con tu corazón, el fruto de veneno,

y tus labios que hubieran otra vez renegado.

Cuarenta lunas él no durmiera en mi seno,

que sólo por ser tuyo me hubiese abandonado.



Y en qué huertas en flor, junto a qué aguas corrientes

lavara, en primavera, su sangre de mi pena,

si fui triste en las landas y en las tierras clementes,

y en toda tarde mística hablaría en sus venas.



Y el horror de que un día, con la boca quemante

de rencor, me dijera lo que dije a mi padre:

«¿Por qué ha sido fecunda tu carne sollozante

y se henchieron de néctar los pechos de mi madre?»



Siento el amargo goce de que duermas abajo

en tu lecho de tierra, y un hijo no meciera

mi mano, por dormir yo también sin trabajos

y sin remordimientos, bajo una zarza fiera.



Porque yo no cerrara los párpados, y loca

escuchase a través de la muerte, y me hincara,

deshechas las rodillas, retorcida la boca,

si lo viera pasar con mi fiebre en su cara.



Y la tregua de Dios a mí no descendiera:

en la carne inocente me hirieran los malvados,

y por la eternidad mis venas exprimieran

sobre mis hijos de ojos y de frente extasiados.



¡Bendito pecho mío en que a mis gentes hundo

y bendito mi vientre en que mi raza muere!

¡La cara de mi madre ya no irá por el mundo

ni su voz sobre el viento, trocada en miserere!



La selva hecha cenizas retoñará cien veces

y caerá cien veces, bajo el hacha, madura.

Caeré para no alzarme en el mes de las mieses;

conmigo entran los míos a la noche que dura.



Y como si pagara la deuda de una raza,

taladran los dolores mi pecho cual colmena.

Vivo una vida entera en cada hora que pasa;

como el río hacia el mar, van amargas mis venas.



Mis pobres muertos miran el sol y los ponientes

con un ansia tremenda, porque ya en mí se ciegan.

Se me cansan los labios de las preces fervientes

que antes que yo enmudezca por mi canción entregan.



No sembré por mi troje, no enseñé para hacerme

un brazo con amor para la hora postrera,

cuando mi cuello roto no pueda sostenerme

y mi mano tantee la sábana ligera.



Apacenté los hijos ajenos, colmé el troje

con los trigos divinos, y sólo a Ti espero,

¡Padre nuestro que estás en los cielos!, recoge

mi cabeza mendiga, si en esta noche muero.



de Gabriela Mistral



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