No he llamado
No he llamado y me arrepiento.
Siento el vacío en tu voz en mis oídos
cuando dices: te amo.
cuando dices: te amo.
Hoy,
no he cultivado eras en tu cuerpo
donde brotan impúdicos al placer
el vértice en tu senos,
erectos, semejando volcanes a punto de erupción.
Dices, que soy un loco pertinaz
cuando sientes el roce de mis manos
en la semipenumbra de tu cuarto
sudoroso y deseando tenerte toda.
Hoy
he cometido el desliz de no llamarte
sabiendo que el amor
de palabras se nutre.
Por eso
intento traducir mi desaliento
en unos bucólicos versos
que a lo menos insinúen
lo mucho que te amo.
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