
Hu-Song, filosofo de Oriente, contó a sus discípulos la siguiente historia: "...
Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura caverna
donde no podían ver casi nada .
Pasó algún tiempo, y uno de ellos logró encender una pequeña tea.
Pero la luz que daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada.