Asomaba a sus ojos
una lágrima
y a mi labio una frase
de perdón;
habló su orgullo
y enjugó su llanto
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino
ella por otro.
pero al pensar el nuestro
mutuo amor,
yo digo aún:
"¿Por qué callé aquel día?"
Y ella dirá:
"¿Por qué no lloré yo?"
Gustavo Adolfo Bécquer
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